sábado, 23 de enero de 2010

La prostitución moral de Europa






















En las fotos vemos, la sala de partos del hospital, niños que tienen que trabajar y duro día a día, mujer en casa ante el único armario que tenía, la otra ni tansiquiera tenía ese armario y en ambas casas nos acojieron y ofrecieron cena o café, de una forma sincera.

Angel Olaran

Con 64 años, este ángel de los hambrientos mantiene un ritmo febril de trabajo, esforzándose en que no lo desborden las emociones que produce el roce incesante con el drama de los más desdichados. Nacido en Guipúzcoa, ha pasado la mayor parte de su vida en África, primero en Tanzania y desde hace dos décadas en la ciudad de Wukro, donde --además de participar en el combate contra el hambre-- ayudó a crear una granja escuela; puso en marcha un programa de apoyo a las prostitutas y tiene a su cargo a medio millar de huérfanos, que viven en familias integradas solo por niños, como forma de evitar su internamiento en orfanatos. Olaran parece disponer de una energía vital inagotable... hasta que al final del día se desploma en un sillón de la misión y cede al cansancio, dormitando frente a un televisor desde el cual la CNN vomita noticiarios envenenados con un faldón rojo para enmarcar el desfile de cifras de las cotizaciones bursátiles. Entonces parece encontrar la distancia precisa para hablar con cierta ironía de su forma de desempeñar la misión en Etiopía.

-- La verdad es que no he contribuido mucho a extender el cristianismo en esta zona. Pero no me he planteado ni voy a plantearme convertir a nadie, intentar que se hagan católicos ni los niños ni los adultos, que tienen una fe ortodoxa muy seria. Esta gente no necesita que les hablemos de religión. En lo que me esfuerzo es en dar a los niños un poco de instrucción, no tanto religiosa como humana. Sobre todo a las muchachitas, que andan por los catorce o quince años y tienen cuerpos de mujeres, porque aquí hay muchos soldados, muchos hombres que se fijan en ellas. Me preocupo de ofrecerles algo de educación sobre sexualidad y afectividad, para que no se dejen engañar por el primero que llegue, acaben pariendo en soledad y la necesidad las empuje al comercio del sexo.

La prostitución es uno de los horizontes de la miseria, una engañosa vía de escape que permite conseguir un dinero de otra forma inalcanzable, pero conduce a la marginación y a la enfermedad. Wukro, una pequeña ciudad de 34.000 habitantes, es una parada tradicional en la ruta que viene desde el mar y prosigue al sur, hacia Addis Abeba, trayendo una clientela fija para más de cuatrocientas mujeres que se prostituyen profesionalmente y muchas otras que lo hacen de modo ocasional. Las caravanas de camellos, que aún transportan sal como siglos atrás, y los camiones que recorren una endiablada carretera --que los ingenieros chinos no acaban de reformar y reparar desde hace años-- se detienen en esta pequeña ciudad para descansar. Junto a las rameras al uso que los reciben en sus casas, durante los últimos años ha surgido una nueva oferta de servicios completos: mujeres que acompañan a los choferes en el trayecto entre dos poblaciones y, además de proporcionarles desahogo sexual, se ocupan de cocinar, lavarles la ropa y coserla si es preciso, o hacer guardia mientras ellos duermen al borde del camino. Suelen ir en un vehículo y regresar en otro, pasando varios días lejos de sus hijos. Al hablar de unas y otras, el misionero rechaza palabras que considera ofensivas, como putas o meretrices. Prefiere emplear el eufemismo de ‘trabajadoras sexuales’, o una expresión tan irónica como ‘agentes comerciales del sexo’.

-- Creo que deberíamos tener un respeto muy grande por estas buenas gentes. Porque tienen un alma limpia. Y los cristianos necesitaríamos recordar que la prostitución está en la rama genealógica de Jesús: se nos dice varias veces en la Biblia que, cuando los israelitas llegaron a Jericó, allí había una señora llamada Rehab que era prostituta; pues bien, era una de las bisabuelas de Jesús y, según se cuenta en el libro de Josué, colgó en su puerta un trapo escarlata como señal para que reconocieran su casa; seguramente ella fue la primera en utilizar esa señal que desde entonces indica donde hay un prostíbulo. Jesús dijo que las putas entrarían antes que nosotros en el reino de los cielos. ¡Eso seguro! En fin, esta sociedad tiene bien consideradas a las prostitutas, y no las rechaza. Lo que ocurre es que los problemas de la pobreza empujan a muchas, muchas, muchas mujeres a la prostitución. Porque no tienen huerto, ni saben un oficio. Solo disponen de sus cuerpos para comerciar y no existe otra opción para ellas. Pero hemos organizado cursillos formativos, inicialmente sobre los riesgos del sida que nos pareció lo más urgente, y ofreciéndoles después el aprendizaje de algún oficio, con un pequeño crédito incluido para que puedan establecerse. Al primero asistieron cuarenta y ocho, de las que nueve morirían poco después víctimas del sida, ocho continúan en la prostitución y el resto ha cambiado de vida. Ninguna dejó de devolver el préstamo que recibió. Ya han participado en estos cursos más de centenar y medio, con un porcentaje muy alto de éxitos. Así comprobamos que, en cuanto ven que pueden sacar adelante a sus familias por otros medios, no dudan en cambiar de trabajo.

Lo contaba durante la visita a una de las mujeres que habían logrado escapar de esa humillante esclavitud. Sentado junto a ella, en el borde de la cama que ocupaba la mayor parte de la única habitación de la casa, se mantuvo cogido de su mano mientras le traducía nuestra charla, del castellano al tigriña.

-- Yo os puedo asegurar que estas mujeres quizá prostituyan sus cuerpos, pero ninguna prostituye su alma. Y las compararía con el sector social más fuerte de Europa, con ese sector que detenta el poder político, el poder económico e incluso el poder religioso. Gentes que quizá no prostituyan sus cuerpos pero que prostituyen sus almas. Esos que prostituyen su alma por el poder, por el dinero, por la corrupción, son quienes hacen que las mujeres de aquí tengan que prostituir sus cuerpos. Es horroroso, pero muchas veces la raíz de la prostitución de aquí se encuentra en la prostitución moral de Europa.

Conocí a Ángel Olaran más de año y medio antes, en abril de 2001. Me había hablado de él --con verdadera devoción por su figura-- Marisa Salazar, una de las mentes más lúcidas entre quienes impulsan la acción de Cáritas Española, aconsejándome que cambiara mi plan de trabajo en Etiopía para visitar Wukro. Hacerle caso supuso ganar la amistad de un hombre admirable, tras vivir junto a él un par de jornadas intensas. Entre las muchas situaciones dolorosas que me quedaron fijas en la retina durante aquel viaje hay una de la que no he conseguido desprenderme. Han pasado varios años desde que la contemplé y todavía vuelve a mi memoria. Es la imagen del misionero en el interior de una mísera choza, sentado en los pies de la cama donde una enferma terminal de sida se debatía en los umbrales de la muerte. Esquelética, con los ojos hundidos y los brazos corroídos por el terrible sarcoma de Kaposi, aquella desdichada se esforzaba en apartar las moscas de la cara de un crío de seis meses que yacía a su lado. Mientras acariciaba sus manos, Ángel nos contaría la amarga historia de su vida.

La pobre mujer tenía treinta y ocho años, aunque aparentaba más de cincuenta. Enviudó un lustro atrás, después de haber parido siete hijos. Y pocas semanas atrás se había encontrado con un nieto entre los brazos. Una de sus hijas se lo entregó nada más alumbrarlo, para volver a marcharse en busca del calor de los acuartelamientos de tropas etíopes cerca de la frontera con Eritrea. La abuela no había tenido otro remedio que hacerse cargo de él, incorporándolo al grupo de sus famélicos hijos menores. Todos juntos sobrevivían en aquella cabaña de adobe, con el viejo camastro que abandonaron unos soldados y dos banquetas como mobiliario. El único alimento de que disponían era un saco medio vacío de trigo podrido, cuyos granos habían empezado a transformarse en un polvo blanco y pegajoso, último resto de las magras provisiones que las autoridades distribuían periódicamente entre los hambrientos de la región.

-- El gobierno reparte oficialmente doce kilos mensuales de harina por persona, aunque en la práctica si en una casa hay cinco personas recibirán entre 24 y 36 kilos para un plazo entre uno y dos meses --nos informó Angel-- Es insuficiente pero tampoco puede dar más, porque está embargado por el sistema económico internacional y carece de recursos. El café, que es uno de los productos básicos de este país, ha bajado de precio un 40 por 100 durante los últimos veinte años...

De pronto la enferma rompió a llorar y, con un hilo de voz temblorosa, suplicó algo incomprensible para nosotros, al oído del sacerdote. Mi hijo Miguel, que entonces tenía diecisiete años, contemplaba la escena sobrecogido por su patetismo. Sin soltar la mano de la mujer, Ángel volvió la cara hacia nosotros y nos explicó que le había preguntado qué sería de sus hijos y su nieto cuando ella faltara:

-- No teme a la muerte. La aguarda resignada, pero siente un miedo insuperable por el futuro de los niños. Yo le he asegurado por enésima vez, como hago cada vez que vengo a verla, que me ocuparé de ellos y no les faltarán cuidados. Pero mis promesas no bastan para calmar su angustia.

Otra de las visitas inolvidables que realizamos, acompañando al padre blanco en sus recorridos habituales por los rincones más humildes de Wukro, fue la que nos llevó al tugurio donde tenían su hogar una anciana ciega y su esposo, que apenas podía moverse. La misión de Saint Mary había financiado la construcción de una pequeña vivienda de adobe encalado, para evitar que la pareja pasara sus últimos días a la intemperie. Y el gobierno los había excluido de cualquier ayuda oficial al saber que los curas católicos les daban 150 birs mensuales, además de satisfacer sus ‘antojos’ con ‘pequeños lujos’ --así los denominó Olaran-- como unos puñados de arroz o algo de buna (café). Muerta su única hija, el desvalido matrimonio estaba al cuidado de una nieta de quince años. Nada más ver al padre blanco, la cría corrió a buscar una caja de cartón donde guardaba todos sus cuadernos y libros escolares cuidadosamente forrados con papel de periódico. ‘¿Cómo se podría esperar que en este ambiente pudiera surgir una lumbrera?’, se preguntaba Ángel mientras nos enseñaba las calificaciones de la chica, repletas de sobresalientes. Pese a su pobreza, la abuela aseguraba sentirse feliz.

-- Dice que esta casucha es su hogar y, por lo tanto, para ella es el cielo. Le he preguntado qué necesita y ha respondido que ya tiene cuanto desea, porque está junto a su marido y eso le hace saberse segura hasta que le llegue la muerte.’

(La pobre mujer moriría el 25 de mayo de 2004. Ángel me lo contaría en una carta con estas palabras: ‘me enteré después de que la hubieran enterrado. Me llamaba ‘padre’ porque la alimentaba. Cuando fui a saludar al viudo, tan encorvado que ya no ve el sol, se echó a llorar recostado sobre mi pecho. Me comentó que Asejash, su mujer, pasó sus tres últimos días pidiéndole ‘llama a mi padre’. Pero no me llamó. Lo consolé recordándole que a su esposa no le había faltado el café durante los últimos años. Eso era un argumento muy fuerte para él, porque significaba que había vivido de forma digna.’)

Conmovido, Olaran intentaba describir la grandeza de los más humildes, a partir de la miseria que los rodea y lastra su existencia. Insistía en hacernos ver el contraste permanente entre las carencias absolutas y la actitud de dignidad con que los hambrientos se esforzaban en sobrevivir, frente a la criminal indiferencia de un mundo enriquecido y ajeno.

-- Las casas de Wukro, si se les puede llamar casas a estas construcciones de barro, están llenas de vacío material, y en la mayoría de ellas nunca ha entrado una silla, ni una mesa, ni un colchón... quizá en su día hubo una cama, pero ha sido vendida. En estos hogares de una sola habitación, donde se aprietan tres, cinco y hasta diez miembros de la familia con todos sus enseres, queda poco sitio para los secretos. Pero estos chamizos son, a la vez, museos de pobreza y templos de dignidad. En su interior uno se encuentra con la Humanidad al desnudo, libre de ropajes materiales. De ellos sales rejuvenecido, sin que su situación te cree angustia porque esta gente no permite que te angusties, y consigue evitarlo con su sonrisa y su cariño. Eso es lo que nos salva. Fíjate que la anciana, después de tocarme, me dijo que le preocupaba mucho encontrarme tan flaco y que yo debería de comer más. Ella se muere de hambre y sin embargo se preocupa por mí... Resulta consolador comprobar que la miseria no destroza a las personas, porque siempre hay una sonrisa que nos hace penetrar en lo más profundo de la condición humana, donde la paz y la serenidad no se basan en seguridades exteriores ni materiales, sino en uno mismo y en Dios. La pobreza compartida une; la abundancia crea exigencias que separan. Aquí los niños crecen sabiendo que no deben llorar cuando sienten hambre, para no entristecer más a sus madres. Son unos críos que nunca piden más, cuando comparten la comida familiar, y que saben dejar lo mejor para el otro. Da la impresión de que intuyan el valor sagrado de la comida. Incluso los huérfanos, que comparten su vida con nosotros, demuestran una actitud de generosidad profunda y sincera. Si alguien les ha dado un caramelo o una galleta y apareces en ese momento, vienen a ofrecértelo. Y hay que insistir, casi obligarlos, para que se lo coman ellos.

Su programa de ayuda a los huérfanos de Wukro --una legión de criaturas que han perdido a sus padres a causa de la pandemia de sida que la región padece-- constituye la niña de los ojos del misionero. Todas las semanas aumenta su número y hay que incrementar los esfuerzos para atenderlos, pero no queda uno solo abandonado a su suerte sin que Olaran se entere e intervenga.

-- Nos planteamos qué hacer con ellos, cómo enfrentarnos al problema, porque son muchos. Y pensamos que mandarlos a un orfanato, donde se vive una forma de anonimato colectivo, sería dejar que se perdieran todos juntos. Allí tendrían amigos, pero sería muy difícil que crecieran como una familia. Así que buscamos otra solución. Y optamos por mantener a los hermanos juntos en hogares sin adultos, a ser posible en las mismas casas que ocupaban antes sus familias. Ya no están el padre ni la madre y tienen que valerse por sí mismos. Pero nosotros les echamos una mano, vamos a verlos cuando podemos, los vigilamos a distancia, comprobamos que les va bien en el colegio, que tienen buena salud... y tratamos de darles algún afecto, que es lo más importante. Ya tenemos más de trescientos huérfanos a nuestro cuidado.

Cada noche, después de cenar, la jornada laboral de Ángel se prolonga con el último y más placentero de sus esfuerzos cotidianos: la visita a varias de esas familias integradas únicamente por niños. Desde Saint Mary hay un paseo bajo las estrellas y entre la pobreza, pero resulta infinitamente más seguro que cualquier recorrido nocturno a pie por ciudades tan privilegiadas como Madrid, Nueva York o Buenos Aires. Sin alumbrado público, con los quinqués de petróleo alumbrando tenuemente los últimos puntos de venta ambulante, el trayecto a través de Wukro requiere disponer de una linterna y mantener la atención puesta sobre su irregular suelo. Las bombillas que iluminan el interior de las viviendas son escasas y de poca potencia. La falta de luz resalta la pobreza, dando a la ciudad un ambiente incierto. Pero el misionero podría moverse a ciegas por las calles de un pueblo que conoce mucho mejor que su Hernani natal.

Llegamos sin avisar, y entramos sin ser advertidos en una de las primeras casas que el padre Olaran compró para un puñado de sus huérfanos. Sorprendidos, los críos se le echaron al cuello gritando de alegría y nos empujaron al interior de la vivienda. Sentados en las dos camas que sus cinco pequeños inquilinos compartían, tuvimos que rechazar varias veces su intento de obsequiarnos con las pocas galletas que atesoraban en una caja de metal. A los pocos minutos los teníamos sentados en las rodillas, bromeando entre tirones a las barbas de Jesús, las melenas de Miguel o los cordones de las llamativas zapatillas deportivas de Carlos. Tras revisar sus cuadernos de deberes como quien cumple un importante ritual, Ángel nos contó la historia de los pequeños. Una tragedia que ellos escuchaban en silencio, sin entender una sola palabra, mientras procuraban robarnos alguna caricia.

-- Necesitan cariño y os daréis cuenta de que buscan la mirada de los padres que han perdido. Pero, aunque se encuentren solos, mantienen un espíritu de unión familiar y se ayudan unos a otros. Tendríamos que darles un mayor apoyo afectivo. Económicamente es más fácil ayudarlos, porque les das dinero y ellos se arreglan. Pero acompañarlos mientras crecen y proporcionarles el amor que todos precisamos, resulta mucho más complicado. Al principio se muestran distantes. Nos ven como a unos extraños que aparecen de pronto en sus vidas, y nos tratan con un respeto que implica cierta lejanía. Pero, al cabo de un mes, cuando te ven venir corren a tu encuentro, te abrazan, te cuentan sus cosas. Y surge espontáneamente la necesidad de manifestar físicamente sus sentimientos en forma de abrazos, o cogiéndonos de la mano, entre bromas y juegos. Cuando se abren y dejan de vernos como alguien ajeno que viene a ayudarles, para aceptarnos como alguien integrado en su familia, se produce un momento muy bonito, una emoción profunda.

Recuerdo, entre las varias casas que visitamos aquella noche, a una familia compuesta por tres hermanos: Netsanet, una quinceañera muy atractiva, con la timidez de movimientos de quien aún intenta ocultar su madurez femenina; Astier, un par de años menor e igualmente bonita; y Negasi, un pequeñajo que no aparentaba más de diez años, con la salud minada por el desarrollo de la enfermedad que había heredado de su madre. El padre los había abandonado años atrás en la ciudad de Asmara, de la que serían expulsados como muchos otros etíopes a causa de la guerra con Eritrea. Carretera adelante, los camiones militares los transportaron hasta Wukro, donde no había nadie que los esperase. Al poco tiempo la madre murió de sida. Y los médicos del hospital donde falleció llamaron a Saint Mary para preguntar si allí podían hacerse cargo de los tres huérfanos. Olaran les consiguió una vivienda e hizo que Netsanet abandonase su trabajo en un bar frecuentado por soldados, y volviera al colegio junto a sus hermanos.

-- El ambiente en estas familias es increíble. Les falta de todo, pero tienen un gran calor humano. No se pelean. Yo nunca he visto que estos niños se disputen el mejor bocado a la hora de repartir la poca comida de que disponen. Y, sin embargo, he presenciado ese tipo de escena en las casas de la rica Europa, donde cada uno va a servirse lo mejor que haya en la mesa. Aquí da gusto verlos comer. Porque los mayores nunca van a ser quienes terminen la comida, sino que van a dejar que los pequeños lo hagan. Esas cosas crean un ambiente muy humano, muy agradable. Es muy triste que un chaval o una chavala con quince años tengan que hacer de padre o madre de sus hermanos y vivan preocupándose por ellos, cuando todavía tendrían que estar jugando al fútbol o haciendo fechorías en las calles. Pero resulta gratificante comprobar que la condición humana no está deteriorada por la pobreza, sino que entre ésta aún puede aflorar lo mejor de las personas.

Negasi murió unos días más tarde. Poco después de regresar a Madrid recibí un mensaje de Ángel, contando que el crío había enfermado de repente, tuvo otro de sus accesos de fiebre y se apagó en pocas horas: ‘Aun me parece que tengo que seguir jugando con él. En cuantos lo conocieron causo impacto. Pensándolo bien, casi me alegro de que haya muerto en plena vida, lleno de alegría a pesar de las continuas recaídas que tenía. Porque más de una vez había imaginado el desenlace de su enfermedad con una agonía lenta, llagado, esquelético, sin que él comprendiera lo que le estaba pasando. De este modo todo el mundo cree que ha muerto por un ataque de malaria.’ Aunque la memoria de Negasi permanezca entre quienes lo trataron, el hueco que su nombre dejó en los estadillos del reparto de ayuda a los huérfanos fue rápidamente ocupado por otro. ‘Desde el 23 de Diciembre tenemos 34 huérfanos más con nosotros’, eran las últimas palabras del correo.

viernes, 22 de enero de 2010

El deporte con Wukro - Naroa Aguirre






















Que idea y trabajo tan bonito y apasionante. Como maratoniano que eres no te desfondes en esta carrera, sabrás hacer equipo y llegar a la meta, por dura que sea la carrera Naroa Aguirre

Naroa Agirre es una atleta nacida en San Sebastián el 15 de mayo de 1979.
Naroa Agirre es la mejor atleta española en salto de pértiga de todos los tiempos. Esta donostiarra con un espectacular aspecto físico, mide 1,77 metros y pesa 62 kg se ha convertido en los últimos tiempos en la referencia de la pértiga femenina en España. También hay que decir que debido a su poderío físico destaca en la prueba de salto de longitud.

Naroa Agirre comenzó a practicar atletismo en su colegio en 4º de EGB, el Liceo Santo Tomás y su primer entrenador fue Jose Martín Pérez. Naroa Agirre desde joven empezó a destacar siendo la prueba de longitud la que mejor se le daba en esos tiempos. Ya en categoría junior comenzó a entrenar con Ramón Cid, actual responsable de saltos de la Federación Española de Atletismo.
En la temporada 2003 Naroa Agirre siguió mejorando y estableció un nuevo record de España de pértiga, saltando hasta los 4,45 metros. Esa temporada Naroa Aguirre acudió al campeonato del mundo en París, cayendo eliminada en la calificación.
En la temporada 2004 Naroa Agirre continuaba con su progresión saltando hasta los 4′47 metros. Esa temporada además tuvo una excelente actuación en los Juegos Olímpicos de Atenas consiguiendo saltar en la final 4,40 metros en la primera tentativa, lo que le permitió obtener el diploma de finalista olímpica, acabando en 6ª posición.
Tras pasar la temporada 2005 sin conseguir mejorar su marca, Naroa Agirre continua con su progresión y supera la barrera de los 4,50 metros, situándose ya con esa marca entre la élite de la pértiga mundial. Esa temporada consigue ser 7ª en el campeonato del mundo de Goteborg.
En la temporada 2007 realizó una gran temporada de invierno, mejorando hasta en cuatro ocasiones mejorar su record de España de pértiga, hasta dejarlo en 4,56 metros. Desafortunadamente, en el campeonato de Europa de Birmingham cayó eliminada tras rompérsele la pértiga. Sin embargo, durante la primavera y verano, aunque se mantuvo en todas las competiciones a un alto nivel, saltando habitualmente por encima de 4,40 metros, no consiguió realizar un gran salto. En los mundiales de Osaka quedó eliminada en las eliminatorias con 4,50 metros.

Historial Español

 Recordwoman de España Absoluta de Pértiga en pista cubierta y al aire libre (4.56 en 2007)
 Campeona de España absoluta de pértiga al aire libre (2003-2006-2007-2008-2009)
 Campeona de España absoluta de pértiga en pista cubierta (2000-2003-2005-2006-2007-2009)
 Campeona de España promesa de longitud en pista cubierta (1999)
 Campeona de España junior de longitud en pista cubierta en 1997
 Campeona de España juvenil de longitud en pista cubierta (1996)
 Mejor Atleta Española en 2004

Historial Internacional

JJOO

2004 - Atenas Pértiga (6ª=/4,40)
2008 - Pekín Pértiga (7QA/4,40)

Cpto del Mundo

2003 - París Pértiga (8QB/4,25)
2005 - Helsinki Pértiga (9ª/4,35)
2007 - Osaka Pértiga (7QA/4,50)
2009 - Berlín Pértiga (13QB/4.40)

El deporte con Wukro - Leire Olaberria





MEDALLA DE BRONCE OLÍMPICA EN LOS JJOO DE PEKIN

"Javier, que decirte sino apoyar esta iniciativa y animar a todo el mundo del deporte, cualquiera que sea su disciplina a apoyaros. Que el deporte les ayude y aporte algo de lo que me ha aportado a mi"
"Leire Olaberría"


Leire Olaberria Dorronsoro (17 de febrero de 1977 en Icazteguieta, Guipúzcoa) es una deportista española que compite en ciclismo de pista. Su especialidad es la carrera de puntos.
Antigua atleta de cierto nivel como cadete –campeona de España de 100 metros- y júnior, se ha reconvertido con gran éxito al ciclismo donde su progresión no conoce límites. Tras un notable papel en el último Mundial, participó en los Juegos Olímpicos de Pekín 2008 en la carrera de puntos consiguiendo la medalla de bronce.1
Mejores marcas: 3-41-557, récord de España de los 3.000 metros en los pasados Mundiales de Manchester 2008.


PALMARES INTERNACIONAL

Año 2005

Campeonato de Europa de ciclismo Fiorenzola d'Arda ( Italia)
7ºPersecución individual

Copa del Mundo de ciclismo Moscú (Rusia)
8º Scratch

Año 2006

Copa del Mundo de ciclismo Sidney (Australia)
2º Puntuación
5º Scratch
6º Persecución individual

Copa de Europa de ciclismo Atenas (Grecia)
4º Puntuación
7º Persecución individual

Año 2007

Copa del Mundo de ciclismo Los Ángeles ( Estados Unidos)
3º Puntuación

Campeonato del Mundo de ciclismo en pista UCI Palma de Mallorca (España)
5º Scratch

Copa de Europa de ciclismo en pista Cottbus (Alemania)
3º Puntuación
3º Persecución individual

Año 2008

Copa del Mundo de ciclismo Los Ángeles (Estados Unidos)
5º Puntuación

Campeonato del Mundo de ciclismo en pista UCI Manchester (Reino Unido)
4º Puntuación

Juegos Olímpicos de Pekín (China)

MEDALLA DE BRONCE OLIMPICA en Puntuación


PALMARES NACIONAL

Año 2006

Campeonato de España de ciclismo en pista
1º Keirin
1º Velocidad
2º Persecución
2º Puntuación
2º Scratch
2º 500 metros

Año 2007

Campeonato de España de ciclismo en pista
1º Keirin
1º Scratch
1º Persecución
2º Puntuación

Año 2008

Campeonato de España de ciclismo en pista
1º Keirin
1º Scratch
1º Persecución
1º Puntuación

El Deporte con Ethiopia y Wukro


Un euro de cada nuevo abonado a la Kirol Txartela en 2010 irá a Etiopía
El acuerdo entre Donostia y Sport Mundi ayudará a un programa deportivo para niños


(Nota: La Kirol Txartela, es la tarjeta municipal que permite el acceso a todas las instalaciones deportivas municipales)

Por cada nuevo abonado que se suscriba a la Kirol Txartela en 2010, un euro de la cuota irá destinado, a través de la Fundación Etiopía-Utopía, al proyecto solidario que el padre hernaniarra Ángel Olaran desarrolla en la localidad etíope de Wukro. La iniciativa ha sido posible gracias al acuerdo entre Donostia Kirola y la asociación de deportistas Sport Mundi, que preside el golfista hondarribiarra Txema Olazabal.

Según explicó ayer Imanol Apalategi en nombre de la fundación, el proyecto en la región del Tigray, al norte del país y lindante con Eritrea y Sudán, "es a largo plazo. Hablamos de una población de 4,5 millones de personas, con un índice de desnutrición del 60% y un solo dentista". En concreto, el dinero que se pueda recaudar con este acuerdo se destinará a financiar un programa de actividades deportivas para más de 1.500 huérfanos, que tendrá lugar el próximo verano, con el fin de inculcar a los jóvenes, muchos de ellos problemáticos, "los valores positivos del deporte". Este pasado verano ya se llevó a cabo un programa pionero durante dos semanas, y las autoridades de Wukro han solicitado prolongarlo a todas las vacaciones escolares, que se extienden unos dos meses.

Tanto Apalategi como el concejal de Deportes, Jon Lasa, y el propio Txema Olazabal, mostraron su "orgullo" por el convenio de colaboración, que es el segundo suscrito entre Donostia Kirola y Sport Mundi, dado que en mayo se organizó en el Kursaal el I Ciclotón solidario, con el que se recaudó más de 3.000 euros para un proyecto en la Amazonia ecuatoriana.

Olazabal definió el acuerdo como "un paso más en el trabajo de Sport Mundi, siempre en apoyo de personas en situaciones desfavorecidas". Por su parte, Lasa subrayó el esfuerzo municipal en labores solidarias más allá de su departamento de Cooperación. Tanto el golfista como el concejal resaltaron la posibilidad que se brinda a la asociación y a la ciudad para promover los valores de "solidaridad" y "cooperación" a través de la práctica saludable del deporte.

Lógicamente, es imposible saber cuántos nuevos socios tendrá la Kirol Txartela en 2010, aunque, como referencia, a lo largo de los dos últimos años el número de abonados ha ascendido de 37.500 a 42.000, lo que "unido a las bajas que hemos tenido, podemos hablar de unas 7.000 nuevas tarjetas", explicó Lasa.

miércoles, 20 de enero de 2010

PROYECTO DE REFORESTACION






Aquí os presento un nuevo proyecto, en este caso es un resumen o extracto de los más significativo del mismo, el que quiera el dossier completo que me lo pida y se lo envío.

Es otro buen proyecto, es un proyecto para poder compensar nuestras emisiones de CO2un proyecto práctico de ecologismo, un proyecto, que yo lo ví y conozco y es asombroso.

Además de conseguir mejorar el medio ambiente, conseguiríamos dar trabajo a mucha gente y además, los niños del programa de huérfanos estan involucrados en él, como forma de enseñanza y concienciación con el medio ambiente, ya que en definitiva a ellos les estamos dejando un mejor o peor planeta.

En definitiva una forma activa de ecologismo y solidaridad.

Una buena forma de publicidad para las empresas que se apunten, ya se les facilitaría fotos y documentación.





DATOS RESUMEN ACERCA DE LAS ACTIVIDADES DE REFORESTACION

En las fotos se ven, las terrazas y fosos realizados para la retención del agua de lluvia y su almacenamiento, al objeto de que la misma no corra alocadamente formando torrenteras y degradando el terreno.
El riego de las nuevas plantaciones es manual y mediante regaderas.
El éxito de las terrazas, el agua se contiene y filtra en la tierra.

(*)Existe un proyecto completo de reforestación (redactado en inglés), para toda persona o entidad interesada en recabar más información (quien lo desee no tiene mas que solicitarlo y se lo enviaré gustosamente)


ACTIVIDADES REALIZADAS


-167 Hectáreas de tierra plantadas evitando su utilización de combustible de madera ( con Eucaliptos…..)

- 5.558 Hectáreas de tierra renovada dentro de recintos protegidos.

-3.706 Hectáreas de bosque protegida del pastoreo de animales

-100 personas habilitadas con los correspondientes permisos legales para poder vender madera seca

- 4000 m3 al año de madera suministrada y controlada para la construcción

- 4000 m3 al año de madera suministrada para utilización como fuel para la comunidad

- Uso del presupuesto de Safetynet (grano y dinero) de varias zonas que son protegidas y enriquecidas, a cambio del cierre al pastoreo

- 2.541.540 semillas diferentes plantadas

- Creación y existencia de 21 cooperativas con el objetivo de mantener las abejas en los matorrales (235 colmenas), dado que estamos en una zona con posibilidades de fabricación de miel.

- 100 granjeros privados con 209 colmenas en los matorrales

- Delimitación de 4 zonas protegidas con 12 guardas para el control del corte ilegal de los árboles y transporte de fuel de madera al pueblo.

- 80 granjeros tienen permiso legal para el corte de árboles.

- Se ha impartido cursos para : -20 Expertos
-6000 granjeros
-3000 mujeres de granjeros
-2000 estudiantes
-Energía forestal
-Reforestación
-Protección forestal
-Utilización de producto forestal




TRABAJOS – POSIBILIDAES Y MEDIOS POTENCIALES A PODER DESARROLLAR Y LLEVAR A CABO EN EL PLAN DE REFORESTACIÓN


- Disponibilidad de 44,134 Hectáreas de campo de arbustos con posibilidad de ser destinados a zona protegida y reforestables.

-Construcción de estructuras de conservación de suelo y agua.

- Recuperación de torrenteras, con el doble beneficio que la misma implica: recuperación del terreno, dado que se evita la descomposición del terreno, al evitar el torrente y la recuperación de la vegetación, utilizada a su vez como sustento de la tierra y del agua caida


-Disponibilidad y posibilidad de plantación de semilla local para recuperación de especies autóctonas

-Contribución por parte de los organismos municipales competentes para la aportación de suelo y estructuras de conservación de agua.

-La probabilidad de la recuperación de las zonas es mayor que un 50 %.

-El potencial de las zonas para la producción de hierbas para la producción de ganadería es alto.

- Existe un cuerpo de vigilancia, (policial), para la vigilancia, cuidado de la zona reforestada y para el control del bosque (aún escaso e insuficiente, como se indica en el apartado de problemas y desavenencias).

-Existe la posibilidad de tener una estructura de conservación de humedad en el campo de arbustos.

-Al objeto de favorecer la recuperación vegetal del terreno, se han previsto y ya existen cierres de áreas potenciales de recuperación, a la ganadería y el pastoreo

- Se plantea la recuperación de la ribera del río, para evitar en momentos de lluvias y su correspondiente crecida, el “arrastre” de todo tipo de limo y sedimentos beneficiosos para el desarrollo de la agricultura.


DESAVENENCIAS Y PROBLEMAS


- Control en la entrada de animales en la zona protegida (hay un número muy bajo de guardas > contrapartida positiva: posibilidad de generación de puestos de trabajo)

-Cortes ilegales de arbustos y árboles secos por parte de la población local.(Problema – Solución, idem al caso anterior)

-No se ha desarrollado hasta la fecha ningún plan de utilización y dirección integral de la reforestación de Wukro y su comarca

-El salario de “guarda forestal” es muy bajo, lo cual no atrae a la población a su correspondiente formación y consiguiente empleo.

- Existen pocas prácticas de formación, aleccionamiento y dirección en esta materia (Reforestación y Medio Ambiente). Los estudiantes de la escuela de Agricultura de St Mary, pionera en esta materia en la provincia del Tigray, una vez acabados sus estudios y formación) optan por otros puestos mejor remunerados.

- No hay alternativas viables actualmente como sustitutivos de fuel para el consumo de energía de los hornos que queman madera.
- Existe un grado eleva de deforestación a los lados de las colinas circundantes a Wukro por motivos de cultivo y pastoreo.

- Se carecen de estudios forestales e inspección de la zona.

Como cúmulo y consecuencia de los problemas anteriores, supervivencia, crecimiento y plantación de árboles es baja y no forma parte de la cultura medioambiental de la comunidad

-No existe maquinaria, ( tipo tractores para el transporte de de agua de forma regular, por lo que a veces los contenedores existentes carecen de la misma y el regado de los árboles ha de ser manual y mediante regaderas).



INTERVENCIONES NECESARIAS

- Asignación de guardas para la protección y vigilancia de las áreas de matorrales

- Adecuación y aprovechamiento de áreas de acumulación y retención de agua para su utilización como potencia de fuente de agua.

- Suministro y plantación de semillas resistentes a la sequía y escasez de agua

- Estudio y realización de un plan de utilización y dirección acorde a la zona y sus circunstancias

- Conservación de la extensión y refuerzo de suelo y agua

- Gestación y aleccionamiento en la comunidad de una conciencia medioambiental relativa a su entorno, (larelación existente entre bosque-vegetación-agua)

- Uso de abono/compost

- Supervisión y actividades alternativas a procesos utilizados en la actualidad

- Realización de actividades respetuosas con el medio ambiente a modo de aleccionamiento y con miras a generar inquietudes y posibilidades de desarrollo laboral (como el cuidado de las abejas).

domingo, 17 de enero de 2010

EL HAMBRE QUE NOS ALIMENTA






Por Vicente Romero

Es imposible hacer gradaciones en la pobreza. ¿Qué diferencia a los pobres de los más pobres y de los extremadamente pobres? Ya es difícil establecer la línea donde comienza la pobreza, calcular a partir de qué carencias se es pobre y desde qué puntos mínimos se deja de serlo. Si valorar la riqueza resulta complicado, contabilizar lo que no hay, aquello de lo que no se dispone para satisfacer las necesidades más elementales del ser humano, es una tarea absurda. Los criterios reguladores de pobreza y riqueza se condicionan mutuamente. Y ambos conceptos son radicalmente diferentes en distintos rincones del planeta. Porque con el contenido del cubo de basura de una familia pobre norteamericana podría alimentarse una familia pobre boliviana o sobrevivir diez familias pobres sudanesas. Y quienes son considerados ricos en Pakistán no alcanzan el nivel de vida de la clase media en Alemania. Tal vez sólo quepa definir la pobreza como hace Jon Sobrino ‘en relación a algo sumamente negativo: la ardua dificultad de dominar la vida en lo más elemental de ella.’ Desde ese punto de vista, la frontera extrema de la pobreza estaría en la falta de agua y alimentos para subsistir, o sea en el hambre.

En ese estadio, las personas se ven condenadas a una absoluta impotencia y su inevitable pasividad se traduce en una entrega total a la no-vida, a una agonía prolongada que conduce a la extinción. Es una situación crónica, admitida como límite de lo éticamente y --sobre todo-- estéticamente tolerable por los poderosos, que administran una economía globalizada. Naciones enteras se encuentran ancladas en esa última frontera, con cientos de millones de sus habitantes en condiciones infrahumanas, manteniendo un frágil equilibrio en el filo del cuchillo que separa la supervivencia indigna y la extinción. Sólo cuando algún factor exógeno --generalmente una alteración en el clima o una guerra-- precipita la crisis, haciendo que la muerte se extienda de forma masiva y que el lento goteo de muertes se acelere hasta desbordar las cifras consideradas como aceptables, se produce el escándalo mediático internacional. Entonces reaccionan las grandes agencias humanitarias, que acuden a ofrecer una ayuda de urgencia para recuperar la precaria situación anterior, sin plantearse jamás formas de impulsar posibles soluciones definitivas para las causas de fondo del hambre.

No cabe considerar como demagogia la afirmación de que la administración del hambre ajena nos da de comer. Al menos parece indiscutible que la gestión internacional de los problemas de la alimentación mundial contribuye a incrementar la dieta excesiva de los países enriquecidos. ‘Si no se acaba con la pobreza es porque no interesa --afirma Ángel Olaran-- El hambre es un genocidio programado, tolerado. Hay que llamar a las cosas por su nombre. Y si las palabras han llegado a perder sentido, habrá que inventar un idioma nuevo.’

Padre Blanco destinado en Wukro (provincia de Tigray, norte de Etiopía), Olaran sabe lo que se dice. Lleva dos décadas librando un combate desigual contra los males derivados de la pobreza en una de las regiones más olvidadas de uno de los países más castigados de África. Sus opiniones son radicales, pero brotan con palabras sencillas desde una actitud de serenidad. Físicamente consumido por una actividad incesante, piel cansada sobre huesos, su discurso está empapado de indignación aunque evite perder tiempo en articularlo sobre planteamientos teóricos. Su teología está en la acción y se anuncia por medio de hechos, sin grandes postulados, aunque de su actuación se infieran posiciones de gran lucidez, asimilables a determinadas corrientes de pensamiento crítico en el cristianismo. Porque habla de la Iglesia como lo que no es: una voluntad de servicio a los pobres, a los desamparados, relegando las cuestiones de la liturgia --‘aunque formen parte de la cultura católica’-- a un distante segundo plano. Y explica, como Jon Sobrino, que ‘en los pobres está la verdad humana.’ Bromea asegurando que ‘cuando Dios hizo el mundo, algo le salió mal; un amigo mío dice que no puede morirse, porque Dios no está preparado para escuchar las críticas que tendría que hacerle...’ Pero opta por aplazar debates mayores, argumentando que prefiere dedicarse a trabajar en la solución práctica de algunos de los graves problemas que lo rodean.

Una mañana Ángel nos llevó a filmar el comedor infantil donde veintitantas mujeres, sentadas en el suelo con bebés famélicos en brazos, aguardaban a que alguien les llenara las escudillas con un engrudo nutritivo . Agachado entre los hambrientos, el misionero acariciaba a los críos mientras hablaba con las madres, interesándose por la evolución del frágil estado de salud de cada familia.

-- Este niño se llama Ashenafid, lo que significa ‘el que ha vencido’--explicó-- pero supongo que éste nunca llegará a vencer, porque se encuentra en situación marasmática, por debajo del 60 por 100 del peso que debería tener. Cuando los niños llegan a esta situación, ya no comen. No tienen fuerzas para reaccionar conforme a los instintos primarios.

Con los ojos muy abiertos pero sin expresión en su rostro, el pequeño rechazaba la papilla escupiendo las cucharaditas que su madre lograba meterle en la boca. El veterano Padre Blanco lo tomó en brazos y, haciendo una mueca de impotencia, reconoció que aquel reparto cotidiano de alimentos básicos ‘nunca servirá para impedir que la desnutrición afecte al desarrollo físico y mental de los niños.’ Porque el déficit de proteínas, que sufren desde antes de nacer y durante sus primeras semanas, los condena a quedar disminuidos para siempre. ‘Cuando llegan aquí ya es demasiado tarde para que puedan tener una vida normal, dentro de la miseria que los rodea.’ Una miseria que impone como obligación que los críos, antes de salir del comedor, consuman la mayor parte de las raciones distribuidas. Porque si las mujeres se las llevaran a sus casas acabarían repartiéndolas entre sus otros hijos, en detrimento de los más pequeños, dado que instintivamente siempre tratan de beneficiar a los que tienen más posibilidades de salir adelante. Y en los pocos casos donde existe un padre, éste se apoderará de ellas para venderlas o cambiarlas por leña o ropa, cuando no por tabaco o alcohol.

La misión de Saint Mary proporcionaba alimentos a centenar y medio de niños tres veces al día. Pero sólo en la pequeña ciudad de Wukro y sus alrededores había más de 4.000 en situación crítica, mientras el 80 por 100 de la población infantil sufría las consecuencias de una desnutrición severa. Sin embargo ello no significaba que se hubiera declarado la hambruna en Etiopía. Las alarmas habían sonado a tiempo, antes de que el número de muertos por inanición se disparase, y la ayuda internacional logró mitigar la catástrofe. El hambre no era más que una enfermedad crónica y las cifras de sus víctimas en la región permanecían dentro de los límites de lo admisible.

-- Es una situación que se mantiene desde hace años y años, aunque parece que el mundo no lo sepa. A Etiopía se la conoce en el mundo por la hambruna de 1985, que en el calendario local equivale a nuestro 1992. Ahora se ha vuelto a hablar de ella, por esta situación puntual de amenaza de hambre. Pero lo que existe permanentemente es una pobreza profunda, una miseria que ya está echando raíces. La situación es tan grave que esta pobre gente se alegraría de que volviera a declararse una hambruna como aquella, porque saben que atraería la atención internacional y empezarían a recibir ayuda, alimentos. Algunos escritores anónimos etíopes han llegado a bendecir la hambruna, argumentando que gracias a ella se pudo comer todos los días, porque el trigo llegaba a paladas. Pero si no hay una tragedia colectiva, el mundo se olvida de estas gentes, que siguen sin comer o malcomen. Y de ese malcomer se deriva lo que veis aquí: el hambre crónica de nuestros niños.

Cuando las mujeres se retiraban, una cría de cinco a seis años --la desnutrición hace que los niños no aparenten la edad que tienen y resulta muy difícil calcularla-- se descuidó mirando a la cámara de Jesús Mata, tropezó y dejó caer al suelo una tartera de plástico, derramando la papilla que llevaba. Alterada por la pérdida de aquel tesoro, su madre comenzó a golpearla en la cabeza. Los gritos resultaron insoportables para quienes nos sentíamos culpables de haberla distraído, así que la tomé en brazos y la conduje nuevamente hasta el comedor con intención de reponerle la ración que había tirado. Pero ya no quedaba nada de aquel humilde preparado alimenticio y solo pudimos encontrar un poco de leche en polvo para que tuviera algo que llevarle a su madre. Las cantidades distribuidas son las justas sin que jamás sobre ni se pierda un solo gramo de harina.

-- Esto clama al cielo. Pero más que al cielo, aunque también, clama a Occidente. Clama al primer mundo, a los países más ricos. Porque es incomprensible, es absurdo, es injusto y pon los apelativos más duros que quieras, que ese primer mundo esté exigiendo al mundo de aquí, al mundo pobre de Africa, que le pague las deudas de un capital que ya han sido pagadas sobradamente. Ello supone privar de comida a estas criaturas, quitarles el pan para incrementar el continuo banquete de los más ricos en Europa o Norteamérica. Es una actitud criminal. Es como un genocidio organizado a nivel internacional, que clama a la Humanidad. Y, sin embargo, el día que nos falte gente como ésta, que aún tiene capacidad de acoger, de sonreír, de perdonar y de compartir lo poco que tienen, va a faltar una referencia muy importante para la Humanidad. Porque Europa o América han dejado de ser referencias. La miseria es inhumana pero los valores morales que tiene esta gente, su dignidad humana, están redimiendo al primer mundo.

La indignación hacía que Ángel vacilara al hablar, como si no encontrase las palabras precisas para expresar sus sentimientos con la fuerza necesaria. Caminamos hacia la misión de Saint Mary cruzando junto a un enorme templo todavía en obras. Desproporcionado respecto al número de católicos de Wukro y verdadero monumento a la soberbia católica, su aspecto magnífico resultaba tan provocador como una blasfemia, cuando tantas necesidades urgentes rodeaban sus muros. ‘Qué despropósito, ¿verdad?’ comentó el padre Olaran. Muy cerca, en un patio de las dependencias eclesiásticas, un centenar de mujeres cargadas de niños muy pequeños --demasiado pequeños-- aguardaba ante la puerta cerrada de una pequeña oficina. En su interior un pagador parroquial se disponía a iniciar el reparto de ayudas económicas a las familias más necesitadas. Cada una recibiría un puñado de birs, la moneda local, en billetes muy viejos y de escaso valor al cambio en euros, pero que para ellas representaban seguridad alimentaria. Nos llamó la atención la presencia de numerosas parejas de mellizos, un fenómeno muy frecuente en la zona, como si la Naturaleza tratara de doblar su apuesta para contrarrestar la elevada mortandad infantil, haciendo que muchas madres parieran los hijos de dos en dos.

-- Todas estas mujeres viven lejos de Wukro. La distancia y la falta de medios de transporte les impide traer a sus hijos todos los días al comedor infantil, así que vienen una vez al mes y les damos algo de dinero para que puedan comprar alimentos. No mucho, entre doce y veinte euros según las circunstancias de cada una. Pero hay que considerar que, en esta región, hay familias de seis o siete miembros que sobreviven con menos de veinte euros mensuales. Las clientas fijas son unas doscientas. La mayoría ha tenido que caminar largas horas, a veces haciendo noche en el camino, para llegar aquí con algunos de sus niños a cuestas. Porque las obligamos a traer a los niños al centro de salud. Para cobrar tienen que haber pasado antes por el consultorio médico donde se vigila el peso de los críos y se les facilitan los fármacos que puedan necesitar. Así conseguimos la garantía de que, por lo menos una vez al mes, los niños reciban la atención médica indispensable. ¿Qué es lo que hacen con el dinero que les entregamos, con la comida que compran? Lo cierto es que se enfrentan a un problema tan enorme como es la supervivencia de sus hijos. Porque, además de los que traen consigo, todas tienen más criaturas, y han dejado en casa a otras cuatro o cinco. El poco dinero que les entregamos es para todos. Pero seguramente no les alcance. Y lo más probable es que lo dediquen a alimentar mejor a los mayores, que ya han tirado para arriba.