Las siguientes líneas no son más que una líneas “inspiradas” por los niños etíopes de la foto adjunta, (de izq. a drcha) Mabruk, Tewdros, Nabiyu y la niña Tibizt y me sirven para plasmar mi relación con el deporte, el atletismo, concretamente y con los deportistas africanos, porque estos niños quieren ser atletas, ser atletas (siendo etiope, se lleva en la sangre) quieren imitar a Gebreselassie, se lo hacían llegar a un responsable, una amiga, de la Asociación INFANCIA FUTURA, y lo que “escribian” también es una forma con cabida en el titulo del artículo, porque no deja de ser otra forma de relacionarnos entre “atletas”
Los niños, le escribían su ilusión para hacer
deporte, ser atletas y ella me trasladaba, sabedora de mi relación con el
atletismo su carta, necesitaban equitación, ropa, zapatillas…… y ella me la
remitía; más fácil no pudo ser, dos llamadas, un mail y solucionado, estaban
equipados, no tiene más valor que la sensación que te da el poder ser un poco
Rey Mago, unido al deporte y atletismo es algo que me hizo ilusión.
Y esta petición me hizo recordar, “viejos tiempos, viejas batallas de asfalto”……………….
Esta es una faceta del deporte “profesional” en su caso, aficionado en el mío pero que ante el asfalto a todos nos hace iguales en esfuerzo y sacrificio.
También he vivido el atletismo, con un país Etiopia y sus gentes, donde el atletismo es motivo de orgullo y reconocimiento en el resto del mundo debido a sus grandes fondistas. Estaba en Ehtiopía en los Mundiales de Atletismo 2009 y en un país con pocas alegrías, sus deportistas intentan y consiguen dárselas, llenándolos de orgullo y el hecho de compartir, vibrar y animar, codo a codo, yo, un occidental junto a ellos las victorias de Kenenisa Bekele, hacía que todos fuéramos uno, sin importar nuevamente color de piel ni procedencia.
Y por último como indicaba al principio, una de las mejores experiencias es poder estar con jóvenes, de cualquier condición y/o parte del mundo, en este caso Africa – Ethiopia, pudiendo compartir sus condiciones de entrenamiento y los medios de los que disponen estos chicos.
Todas las historias que hemos oído sobre los atletas africanos estaban condensadas en el grupo con el compartía tiempo y esfuerzo:
El equipamiento de lo más variopinto: descalzos, zapatillas con más agujeros que tela, zapatillas de plástico, etc , ropa de calle, pantalones de lona y cazadoras del mismo tipo, camisetas, chandals de todo tipo y condición.
Seguro que la IAFF, no homologaría el marcado de la pista a base de "pico", ni ahora permite correr, competir descalzos.................pero allí era lo que había.
Pero en el momento de empezar a correr, a entrenar, estas “minucias” quedan relegadas al olvido.
Estas zancadas compartidas con ellos, con esos chicos y chicas de Wukro, las compartidas con los grandes atletas y con mis compañeros de fatigas de aquí de España no hace sino reafirmar mis ideas sobre los beneficios del deporte en esta sociedad nuestra y en aquellas más lejanas para algunos, tan cercana y querida para mí y aun a sabiendas de otros beneficios posibles, constate que el deporte puede llenar en cualquiera de los ocupa el tiempo libre.
En muchos lugares en el tercer mundo, al caer la tarde los jóvenes se reúnen entorno a campos de deporte donde los hay, allí se producen charlas, risas, juegos, gritos, ánimos, muestras de pundonor, lucha, sacrificio, alegría en definitiva, de todos, de los que participan, de los que animan o de los que simplemente van a charlar, a coquetear.
El recinto deportivo es algo más que un simple lugar donde pasar y ocupar el tiempo libre. Allí puedes aprender las leyes del deporte limpio, del esfuerzo, del concepto de equipo, de la amistad. Allí se cultivan relaciones en un ambiente de igualdad, de amistad, donde el hablar, donde la palabra, tan importante en África (la tradición y la trasmisión oral en este continente es fundamental aún hoy en día para preservar su historia y sus tradiciones), cobra ese sentido que ayuda a reforzar amistades, levanta ánimos y ayuda a las comunidades a poder vivir de una manera más sana y digna.
El deporte, en mi experiencia con ellos, con los deportistas africanos, en este caso, aficionados y profesionales, con los espectadores africanos, no conoce de colores ni de sexos, solo de sacrificio, de esfuerzo, de compañerismo y donde la victoria o la derrota, son parte del juego, tras el cual todos habremos avanzado en nuestro desarrollo moral y físico por un lado y habiendo seguro mejorado nuestras relaciones públicas, sociales y multiculturales en mi caso y seguro que en el suyo también.
ARRIBA ÁFRICAAAA!!!!!!
ResponderEliminarOS QUEREMOS!!!
DE:ESPAÑA