miércoles, 14 de septiembre de 2011

DEPORTE Y VALORES – TERCER MUNDO - VALORES Y DEPORTE (3/4)

En la sociedad actual, los valores y creencias están presentes con una constancia inexorable; vivimos inmersos en ellos y nuestra vida se ve determinada por una ideología propia del tiempo en el que se desarrolla y del contexto en el que nos encontramos y esto tanto vale aquí, como allí.

 Los juegos, el deporte se caracterizan por ser actividades en las que hay que aprender a jugar, hay que realizar unas determinadas acciones y evitar otras, siguiendo unas reglas. Reglas  entendidas como obligaciones aceptadas voluntariamente y, por eso, la competición tiene lugar dentro de un acuerdo que son las propias reglas.

La regla implica relaciones sociales o interindividuales, ya que en la regla además de la regularidad hay una idea de obligación que supone la existencia de dos individuos por lo menos. Lo que implica el sentido de regularidad impuesta por el grupo y su violación  epresenta una falta.


En todos los casos aparece una competición entre los individuos, la victoria de unos individuos sobre los demás y la regulación mediante un código transmitido de generación en generación, o por acuerdos improvisados. Pero incluso la satisfacción de la victoria debe estar legitimada por el código mismo del juego y por una moral del honor y del “fair-play”.
Cuando observamos a los niños pequeños, estos se inician en los juegos con las reglas más elementales y, sólo a medida que se hagan expertos, incorporarán e inventarán nuevas reglas. Su práctica va haciendo que las reglas de sus juegos cada vez sean más complejas, pero también van modificando la conciencia de estas reglas y su representación, accediendo progresivamente a una concepción democrática de la regla. Con lo que entienden que las reglas no son más que el acuerdo de la mayoría de los participantes, y esto mismo es lo que las legitima. Y este mismo acuerdo les permite modificarlas, legitimar dichos cambios y situar su origen en las mismas interacciones infantiles.

Tampoco tendríamos que perder de vista que el tipo de sociedad y cultura determina en una medida muy considerable las relaciones posibles de un individuo con otros. Así, las relaciones entre niños de distinta edad son frecuentes en muchas culturas, aunque más en sociedades tradicionales donde es muy corriente la crianza por hermanos. (este caso lo viví muy directamente en Wukro – Etiopia, dentro del programa de huérfanos que lleva a cabo desde hace ya 20 años por lo menos, el padre Angel Olarán y me dejo gratamente sorprendido su funcionamiento y la armonía detectada en las 
Al fin y al cabo, para Delval (1997) el desarrollo es en parte un diálogo con lo que rodea al niño, como la interacción que se produce con los demás miembros de la sociedad bajo unas determinadas regulaciones sociales. Y es en esa interacción donde los adultos, de alguna forma, moldean las ideas de los niños y transmiten las ideas dominantes de la sociedad, produciéndose esto de forma mucho más pronunciada en algunas sociedades tradicionales, haciendo que el cambio cultural y generacional sea menor.
Podríamos concluir diciendo que la práctica de juegos y deportes, tanto en la escuela como fuera de ella, tiene muchos aspectos educativos muy importantes, ya que aprenden unas reglas propias de cada juego pero también aprenden a coordinar sus acciones y a regular la competición.
Y a la vez puede ser un medio para que, por primera vez, reflexionen (aunque sea de forma inconsciente) sobre la naturaleza, el origen y la posible modificación de la regla. Llegando a entender, según el planteamiento piagetiano, que para llegar a la última Etapa de este conocimiento o “Etapa Democrática”es fundamental la propia interacción de los niños sin la intervención de los mayores, para así poder jugar con las reglas y tener que establecer cuerdos que con el paso del tiempo llevarán a entender que la opinión de la mayoría de los participantes legitima familias de los niños y chavales huérfanos, avocados a este tipo de “crianza” crecimiento y desarrollo personal).cualquier cambio. Que es lo mismo que legitima cualquier norma social o ley.

Y no sería esto la esencia de la DEMOCRACIA???.

No es uno de los mejores valores que poseemos las sociedades libres?, normalmente unido a la sociedades más avanzadas? Y como llegamos nosotros a ella?, No sería por el conocimiento?, es decir por la educación?

Pues lo tenemos todo, el deporte puede ser un “arma” que aporte su granito de arena para la consecución de estos objetivos, único camino, en mi modesta opinión de ayudarles a crear y desarrollar sus propios países, su propias vidas y consolidarse como naciones y como pueblos, siendo lo que ellos quieran ser y como ellos quieran ser.


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