Confío por que así he concebido este pequeño texto, como parte de un “aprendizaje” personal y no como una critica al turismo que viaja al tercer mundo en general, dado que yo cometí algún que otro error y de los que quizás ninguno estamos libres si no se nos alecciona y siempre creemos actuar con la mejor de las voluntades, pero también hay critica hacia otras actitudes, comportamientos y maneras de “plantear” el concepto solidario, pero como siempre en este blog, lo escrito no deja de ser una opinión personal y cada quien tendrá la suya.
Aprovecho para desear a todo aquel que lea estas líneas, o por lo menos hasta aquí, unas buenas vacaciones, un buen mes de agosto, esperando reencontrarnos todos allá por septiembe.
Ian Birrel del periodico The Guardian se hacía eco hace algunas fechas del creciente fenómeno del turismo de voluntarios a corto plazo que quieren “hacer caridad” en instituciones benéficas, algún orfanato de niños enfermos de SIDA o una institución similar……….
Un reciente estudio revela las consecuencias de tales prácticas:
El estudio revela que los proyectos de voluntariado a corto plazo hacen más daño que bien. La presencia de los “acaudalados” turistas hace que trabajadores locales no puedan acceder a un necesario puesto de trabajo, ya que los voluntarios pagan por hacer estos trabajos; las instituciones que están ya de por sí bajo presión pierden tiempo cuidando a estos voluntarios y mejorando sus instalaciones, y los niños explotados o abandonados crean lazos emocionales con los visitantes y ven incrementado su trauma cuando estos desaparecen y vuelven a casa.
Hay grupos organizados de turistas que llegan a pagar con tal de tener la grata experiencia de poder dar de comer a huérfanos o repartir juguetes que se han traído desde sus países. Algunas agencias de viajes incluyen visitas a orfanatos entre la apretada agenda de estancias en la playa o visitas a los parques naturales. Niños desamparados o acogidos son reducidos poco menos que a la categoría de animales de zoo, fotografiados y agasajados durante unos instantes y dejados luego a su propio destino. Iniciativas que, aunque desde un punto de vista del visitante puedan ser loables, desde el punto de vista de las personas afectadas por la pobreza puede incluso ser lesivo para su dignidad y su futuro.
El resultado ha sido un boom en compañías de turismo ofrecen oportunidades volunturismo en una amplia gama de destinos, que atienden a todos los niveles de compromiso.
(Personalmente conozco algunos casos, simplemente cito el último que observo, justo donde ahora estamos trabajando,: a la zona llegan “voluntarios” a través de agencias que ofertan viajes “turísticos con componente de implicación solidaria” lo que hacen y a lo que se dedican es a pintar paredes de casas, (Jinja – Bujalari / Uganda) y pagan por eso……………a la agencia occidental………..como si la gente local, no supiera pintar)
Mi opinión personal, por lo visto y vivido, y reconociendo y dejando aquí constancia que aprendiendo y analizando mis propios errores es que el turismo en general, tampoco ayuda nada o más bien poco a aquella gente y aquellos niños, cuando los ves cargados de bolígrafos, caramelos, algún cuaderno y repartiendo alguna monedita……….total si no es nada, responden. Si, si creo que es algo, es tanto para ellos como que este acto puede desincentivar ir al colegio, cualquier monedita, sumadas a otra moneditas puede ser más que el salarió diario de su padre, para que ir al cole entonces?, los bolis, esos bolis ……….los puedes encontrar en el mercado local, después de haberse producido una reventa de nuestro “regalo".
Quizás, si aplicásemos el sentido común, veamos:
Si es impensable la idea de que en instituciones de acogida españolas un extraño acceda a los niños en su interior, juegue con ellos, les prepare el biberón o los lleve a la cama... ¿por qué tienen derecho a hacerlo turistas (se supone que blancos, responsables y bienintencionados) en el Tercer Mundo? ¿es que una actitud es permitida o es delictiva según en el contexto legal en el que ocurra?
Vamos repartiendo bolis y moneditas por aquí…………la respuesta suele ser, “ es que son pobres, no tienen de nada…..”, lo son eso creo que no cabe a nadie, pero es su “sistema” de vida, su “equilibrio” y estas practicas esta y es claro que lo alteran y más en zonas turísticas. Creo que podemos y debemos aportar algo más que bolis y similares, es simplemente una actitud, más sería y responsable...................….personalmente, después de haber cometido bastantes errores “tipo” acabe llegando a la siguiente pregunta, para resolver cualquier “conflicto” ante situaciones de este tipo: “¿Lo haría en España?”
Existe o existía una iniciativa del gobierno alemán que promueve que cientos de estudiantes que acaban de terminar la educación secundaria puedan pasar un año en un país del Tercer Mundo antes de entrar en la universidad y hacer allá “su experiencia en el extranjero” a costa del contribuyente federal.
No dudo que entre ellos haya personas serias y comprometidas, pero – por desgracia – la media emocional y de madurez del joven europeo de diecitantos años es la que es y todos la conocemos. De lo profesional, ni hablamos... no les ha dado tiempo a especializarse en algún campo laboral pero llegan a África siendo “maestros de todo y oficiales de nada.”
Según leí a Alberto Eisman, que vive en Lira, no lejos de Kitgum, 60 kms +/- (Uganda), (donde estuve algún tiempo).
“Las noticias que me llegan de la marabunta de jóvenes teutones que llegan a Uganda al calor de esta novedosa iniciativa no son nada tranquilizadoras: los que llegan en general son gente obviamente joven y despreocupada, más inclinada a buscar los “sitios de moda” donde se pueda beber barato, ligar y disfrutar de buena música que a “perder” tiempo con locales que hablan otra lengua en un barrio marginal. Es normal, después de todo; son hijos de su tiempo y no les culpo por ello. Lo que me parece de juzgado de guardia es que un gobierno sensato apoye experimentos tales con variables tan altas de fracasos y meteduras de pata.
Se pueden tener las mejores y más nobles intenciones de ayudar, pero la realidad resultante puede ser funesta si alguien viene a África con las prioridades descolocadas, ignorando la cultura local.”
Recurrir a tales minidosis de solidaridad para aquietar nuestra conciencia, darnos un tranquilizador chute de buenismo y seguir viviendo nuestro frenético ritmo de vida, como suele decirse cambiándolo adecuadamente, es hambre para hoy y no es pan para mañana, pero en la mayoría de los casos, eso sí intentando no renunciar a ninguna de nuestras “seguridades”
Dejo aquí otro artículo sobre el tema:
http://www.cnngo.com/explorations/life/richard-stupart-voluntourism-does-more-harm-good-260269Será un nuevo edificio destinado a escuela para los tres cursos de preescolar, establecidos .Se pretende alcanzar la escolarización de 90 niños/as entre los tres cursos.Como puede verse en las fotos el estado no es el adecuado ni cuenta con los medios para favorecer el proceso de aprendizaje.Las instalaciones de aseos no cuentan adecuadas medidas higiénicas.
Un abrazo, Javier
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