Fotos: Vida cotidiana - Pozos
Día 17/08/2009 - Día 3 – Lunes
La duda se ha despejado, seguir una correlación de días por fecha, ya la he perdido, aquí uno se levanta y va haciendo las tareas del día según lo “programado” y si las circunstancias, como decía ayer lo permiten y sino otra alternativa posible o esperar que se den.
Hoy nos hemos trasladado desde Meki a Asayta, la que va a ser nuestra casa los próximos días.
No hay mucha historia que contar si no que hemos ido cambiando un paisaje verde hacia uno desértico, llegamos a Afar, la región más pobre de Etiopia y calurosa, el termómetro ha ido subiendo hasta pasar los 40ºC.
Por el camino hemos hecho una visita a un hospital de la congregación Madre Teresa, donde nos han ofrecido lo mejor que tenían y lo que más podíamos desear, agua fría.
Gracias al dinero, ese que todos habéis aportado, hemos comprar media tonelada de suplementos alimenticios para llevarlos al hospital de Asayta, para el programa de prevención de la malnutrición, la verdad ha sido una alegría.
Llegamos casi anocheciendo y vamos a casa a instalarnos ya que no sabemos si habrá luz y sería más complicado ubicarnos, pero tenemos soluciones, la linterna.
Una vez ubicados vamos a comprar unas cervezas, nos las habíamos ganado. Por la calle para ir al hotel “más lujoso” del pueblo, si usamos la linterna, por que no se ve un “carajo” en la calle, la contrapartida es un cielo espectacular, un cielo que no vemos allí mas que si vamos a un monte de altura y un día despejado, es el regalo que nos hace Asayta y Africa en general.
Día 18/08/2009 - Día 4 – Martes
Después de una sudada importante durante la noche, aquí la temperatura baja muy poco en las horas nocturnas, nos damos una ducha y desayunamos, la ducha consiste en un bidón de agua y cazo con el que echarte el agua por la cabeza, cada uno tenemos derecho a una ducha al día y tres cazos de agua, las comodidades y todo lo que damos por supuesto en nuestras casas aquí ha terminado de desaparecer y somos privilegiados dentro del pueblo.
Hemos ido al hospital esta mañana a trabajar y organizar un poco lo que llevábamos y yo he estado revisando la “locura” de instalación eléctrica, que se resumen en “mírame y no me toques” aparte de irracionalmente hecha. Hablando con los responsables para ver como mejorar las mismas, sobre todo cara a futuro, ya que con lo realizado es mejor no comentar la respuesta, “no es estético”, por proponer una instalación vista, mucho más funcional y racional, ya que todas las que hemos “chequeado” hasta el momento son inaccesibles desde ningún punto del edificio sin hacer un destrozo importante.
Tenemos que estudiar el tema.
Lo más impresionante del día ha sido ver la cinta con la que se mide el grado de desnutrición de los niños, que se hace midiendo el perímetro del brazo, no os podéis hacer una idea el diámetro que es, un bracito de “na”, da no se que pensar en esos niños y ayer vimos algunos, la TV, cuando aparecen impresionan, cuando uno de esos niños te mira cara a cara en brazos de su madre, la mirada de la madre, es dramatismo puro y duro, cara a cara, eso si invita a reflexionar.
He aquí una dramática historia que ilustra lo dura que puede ser para el ser humano la supervivencia cuando las condiciones son adversas, pero lo peor de todo es que es cierta, y la podemos trasladar a otros ámbitos de la vida etíope
Acostumbrados a una elevada mortandad infantil y confortados por su religión, los etíopes parecen resignarse sin demasiado dramatismo a la muerte de sus hijos. Consideran un triunfo si el niño supera los dos años; de hecho sólo celebran los dos primeros aniversarios de las criaturas. Pasado este periodo el niño ya tiene muchas posibilidades de sobrevivir.
Las mujeres contribuyen en este sentido, hasta cierto punto, con la selección natural para mantener vivos a los más fuertes. En cierta ocasión una mujer, que trabajaba como cocinera en un convento católico, tuvo un bebé sano pero que, sin embargo, no engordaba, probablemente porque la mujer no tenía suficiente leche. Al comprobar que el niño presentaba cada día un aspecto más desnutrido, uno de los miembros de la comunidad católica le dio a la mujer algo de dinero para comprar leche. Pasado algún tiempo, y al ver que el pequeño continuaba desnutrido, indagó y comprobó que la mujer gastaba el dinero en comprar comida para el hermano mayor. Probablemente pensaba que no valía la pena perder aquellos valiosos alimentos en alimentar a un niño que de todas formas moriría igualmente.
Desde Amigos de Silva se intenta atajar en la medida de lo posible este hecho, intentando llegar a intervenir en la fase de leve desnutrición, (que es ya una barbaridad cuando se llega ha esta situación, yo lo he visto e impresiona), ayudando y controlando que la misma sea efectiva y sirva para los fines que se destinan, ya que en casos como el de la historia real que os he contado, a veces, sin el debido control, ese soporte nutricional facilitado puede llegar a ser vendido en el mercado, en la calle.
Con el poco tiempo que llevo en el país ya voy cogiéndole el ritmo al mismo, ya que al principio mi mentalidad europea iba a más revoluciones de las que son convenientes aquí, ya tengo la sensación de ser uno más, ya que vivimos como ellos, la casa en la que voy a pasar estos días es una de la de ellos, con las evidentes mejoras que “nuestros conocimientos” han sido capaces de aportar, nada del otro mundo, ya que los cortes de luz nos afectan por igual y el agua corriente no depende de nosotros, el “cultural shock” que comentaba el día pasado no se ha dado, estaba superado desde el principio lo cual hace que mi vida aquí sea normal y adaptada a la vida que aquí tenemos.
No me cabe sino reconocer la encomiable labor de Tete y Paco, instalados aquí en el terreno, desarrollando la labor que hacen.
Día 19/08/2009 - Día 5 – Miércoles
Hoy nos hemos repartido, Paco, Olga y Gebre han ido a firmar y cerrar la ejecución de dos pozos más de agua, mientras que Tete, Abram y yo nos hemos quedado con las “sisters” (Hermanas de la Caridad- Teresa de Calcuta, para arreglarles algunos enchufes y puntos de luz de su instalación.
Nada de lo que escriba, refleja lo que allí se hace y se ve, no se si soy bueno o malo escribiendo, pero como siempre la realidad supera a la ficción y a las imágenes de lo que en un momento dado nos puedan trasmitir los informativos o reportajes de la TV, por lo que no voy a describir nada, simplemente reconocer y agradecer la abnegada ayuda de estas monjas, siempre dispuestas, siempre amables, siempre sonrientes.
De vuelta a casa hemos recogido gente que estaba al borde del camino, en medio de la nada , por que en Africa siempre hay gente, en los sitios más insospechados, en los lugares más inhóspitos, andando de no se sabe donde a no se sabe adonde, y ha sido entonces cuando me he acordado de algo que leí en su día en un libro de Miquel Barceló y que podría ser un buen resumen de las diferencias entre ellos y nosotros, a mi me parecen estando aquí y conviviendo con ellos muy acertadas, ya que esta experiencia no es como la que se vive en un viaje de turismo o por lo menos a mí no me lo está pareciendo.
“Pintamos porque la vida no basta. Aquí la vida sí basta. Es casi excesiva”
La duda se ha despejado, seguir una correlación de días por fecha, ya la he perdido, aquí uno se levanta y va haciendo las tareas del día según lo “programado” y si las circunstancias, como decía ayer lo permiten y sino otra alternativa posible o esperar que se den.
Hoy nos hemos trasladado desde Meki a Asayta, la que va a ser nuestra casa los próximos días.
No hay mucha historia que contar si no que hemos ido cambiando un paisaje verde hacia uno desértico, llegamos a Afar, la región más pobre de Etiopia y calurosa, el termómetro ha ido subiendo hasta pasar los 40ºC.
Por el camino hemos hecho una visita a un hospital de la congregación Madre Teresa, donde nos han ofrecido lo mejor que tenían y lo que más podíamos desear, agua fría.
Gracias al dinero, ese que todos habéis aportado, hemos comprar media tonelada de suplementos alimenticios para llevarlos al hospital de Asayta, para el programa de prevención de la malnutrición, la verdad ha sido una alegría.
Llegamos casi anocheciendo y vamos a casa a instalarnos ya que no sabemos si habrá luz y sería más complicado ubicarnos, pero tenemos soluciones, la linterna.
Una vez ubicados vamos a comprar unas cervezas, nos las habíamos ganado. Por la calle para ir al hotel “más lujoso” del pueblo, si usamos la linterna, por que no se ve un “carajo” en la calle, la contrapartida es un cielo espectacular, un cielo que no vemos allí mas que si vamos a un monte de altura y un día despejado, es el regalo que nos hace Asayta y Africa en general.
Día 18/08/2009 - Día 4 – Martes
Después de una sudada importante durante la noche, aquí la temperatura baja muy poco en las horas nocturnas, nos damos una ducha y desayunamos, la ducha consiste en un bidón de agua y cazo con el que echarte el agua por la cabeza, cada uno tenemos derecho a una ducha al día y tres cazos de agua, las comodidades y todo lo que damos por supuesto en nuestras casas aquí ha terminado de desaparecer y somos privilegiados dentro del pueblo.
Hemos ido al hospital esta mañana a trabajar y organizar un poco lo que llevábamos y yo he estado revisando la “locura” de instalación eléctrica, que se resumen en “mírame y no me toques” aparte de irracionalmente hecha. Hablando con los responsables para ver como mejorar las mismas, sobre todo cara a futuro, ya que con lo realizado es mejor no comentar la respuesta, “no es estético”, por proponer una instalación vista, mucho más funcional y racional, ya que todas las que hemos “chequeado” hasta el momento son inaccesibles desde ningún punto del edificio sin hacer un destrozo importante.
Tenemos que estudiar el tema.
Lo más impresionante del día ha sido ver la cinta con la que se mide el grado de desnutrición de los niños, que se hace midiendo el perímetro del brazo, no os podéis hacer una idea el diámetro que es, un bracito de “na”, da no se que pensar en esos niños y ayer vimos algunos, la TV, cuando aparecen impresionan, cuando uno de esos niños te mira cara a cara en brazos de su madre, la mirada de la madre, es dramatismo puro y duro, cara a cara, eso si invita a reflexionar.
He aquí una dramática historia que ilustra lo dura que puede ser para el ser humano la supervivencia cuando las condiciones son adversas, pero lo peor de todo es que es cierta, y la podemos trasladar a otros ámbitos de la vida etíope
Acostumbrados a una elevada mortandad infantil y confortados por su religión, los etíopes parecen resignarse sin demasiado dramatismo a la muerte de sus hijos. Consideran un triunfo si el niño supera los dos años; de hecho sólo celebran los dos primeros aniversarios de las criaturas. Pasado este periodo el niño ya tiene muchas posibilidades de sobrevivir.
Las mujeres contribuyen en este sentido, hasta cierto punto, con la selección natural para mantener vivos a los más fuertes. En cierta ocasión una mujer, que trabajaba como cocinera en un convento católico, tuvo un bebé sano pero que, sin embargo, no engordaba, probablemente porque la mujer no tenía suficiente leche. Al comprobar que el niño presentaba cada día un aspecto más desnutrido, uno de los miembros de la comunidad católica le dio a la mujer algo de dinero para comprar leche. Pasado algún tiempo, y al ver que el pequeño continuaba desnutrido, indagó y comprobó que la mujer gastaba el dinero en comprar comida para el hermano mayor. Probablemente pensaba que no valía la pena perder aquellos valiosos alimentos en alimentar a un niño que de todas formas moriría igualmente.
Desde Amigos de Silva se intenta atajar en la medida de lo posible este hecho, intentando llegar a intervenir en la fase de leve desnutrición, (que es ya una barbaridad cuando se llega ha esta situación, yo lo he visto e impresiona), ayudando y controlando que la misma sea efectiva y sirva para los fines que se destinan, ya que en casos como el de la historia real que os he contado, a veces, sin el debido control, ese soporte nutricional facilitado puede llegar a ser vendido en el mercado, en la calle.
Con el poco tiempo que llevo en el país ya voy cogiéndole el ritmo al mismo, ya que al principio mi mentalidad europea iba a más revoluciones de las que son convenientes aquí, ya tengo la sensación de ser uno más, ya que vivimos como ellos, la casa en la que voy a pasar estos días es una de la de ellos, con las evidentes mejoras que “nuestros conocimientos” han sido capaces de aportar, nada del otro mundo, ya que los cortes de luz nos afectan por igual y el agua corriente no depende de nosotros, el “cultural shock” que comentaba el día pasado no se ha dado, estaba superado desde el principio lo cual hace que mi vida aquí sea normal y adaptada a la vida que aquí tenemos.
No me cabe sino reconocer la encomiable labor de Tete y Paco, instalados aquí en el terreno, desarrollando la labor que hacen.
Día 19/08/2009 - Día 5 – Miércoles
Hoy nos hemos repartido, Paco, Olga y Gebre han ido a firmar y cerrar la ejecución de dos pozos más de agua, mientras que Tete, Abram y yo nos hemos quedado con las “sisters” (Hermanas de la Caridad- Teresa de Calcuta, para arreglarles algunos enchufes y puntos de luz de su instalación.
Nada de lo que escriba, refleja lo que allí se hace y se ve, no se si soy bueno o malo escribiendo, pero como siempre la realidad supera a la ficción y a las imágenes de lo que en un momento dado nos puedan trasmitir los informativos o reportajes de la TV, por lo que no voy a describir nada, simplemente reconocer y agradecer la abnegada ayuda de estas monjas, siempre dispuestas, siempre amables, siempre sonrientes.
De vuelta a casa hemos recogido gente que estaba al borde del camino, en medio de la nada , por que en Africa siempre hay gente, en los sitios más insospechados, en los lugares más inhóspitos, andando de no se sabe donde a no se sabe adonde, y ha sido entonces cuando me he acordado de algo que leí en su día en un libro de Miquel Barceló y que podría ser un buen resumen de las diferencias entre ellos y nosotros, a mi me parecen estando aquí y conviviendo con ellos muy acertadas, ya que esta experiencia no es como la que se vive en un viaje de turismo o por lo menos a mí no me lo está pareciendo.
“Pintamos porque la vida no basta. Aquí la vida sí basta. Es casi excesiva”
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